martes, 17 de abril de 2012

Islandia. El antes, el ahora y el futuro.

¡Bienvenid@s un día más!

Hoy en una conversación en twitter, me he dado cuenta de que pese a haber hablado en varias entradas sobre Islandia, no tengo una entrada en concreto sobre lo sucedido en este país, así que... ¡¡manos a la obra!!

En primer lugar, pongámonos en antecedentes sobre este país.

Islandia es un país (y también una isla) situado al norte de Gran Bretaña, que ocupa una superficie de 103.000 km2 (similar a Andalucía). Tiene 331 000 habitantes (aproximadamente como la ciudad de Gijón). Su capital es Reikiavik (bonito nombre, ¿eh?jeje). Su forma de gobierno es la República parlamentaria. El Jefe del Estado es el Presidente de la República y el Jefe de Gobierno, el Primer Ministro. Es este segundo quien ejerce un papel realmente importante, el Presidente es un cargo más representativo que ejecutivo, digamos.

Islandia era (antes de 2008) un país con una calidad de vida envidiable. 

En 2008, el PIB nominal per cápita de Islandia fue el séptimo más alto del mundo (superior a 42.000 € por habitante). Su motor económico (históricamente hablando) era la pesca (que por cierto, fue privatizada durante el giro liberal que se impuso en el país en los años 80 bajo la tutela del economista neoliberal Milton Friedman, que tanta influencia tuvo para Reagan y Tatcher). 

El modelo neoliberal fue aplicado en este país rápidamente: con una política económica de bajos impuestos, privatizaciones, desregulaciones y finalmente, con la privatización de la banca.

Los niveles de paro y delincuencia eran prácticamente nulos: el paro se mantenía por debajo del 3% los últimos años antes de la crisis (podéis ver un gráfico en este enlace). La policía no lleva armas de fuego, y los presos pasan los festivos en su casa. Esto nos permite hacernos una idea de la peligrosidad del país, que por cierto, no tiene ejército.

Islandia fue durante mucho tiempo un país "pobre", pero su gran crecimiento económico le llevó a ocupar el primer lugar en el informe de la ONU sobre el Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008 y la 14ª esperanza de vida más alta en el mundo con un promedio de 80,67 años. Se invirtió, o mejor dicho, se permitió que empresas extranjeras explotasen sus yacimientos de aluminio (algo que por cierto, muchos islandeses criticaron, debido al daño ecológico que estas explotaciones producen en la "salvaje" Islandia)

Era el cuarto país del mundo en materia de igualdad (ránking mundial, en los años 2007-2008), como podéis ver en esta imagen. Esto incluye el sistema de permisos por nacimiento y adopción, más avanzado del mundo en materia de igualdad (al hombre le corresponden hasta 3 de los 9 meses posibles).


El caso es que se había conseguido un crecimiento espectacular en materia económica y social, logrando con ello una calidad de vida que los islandeses presuponían totalmente estable. Y ante tal crecimiento, no tardó en llegar el "despilfarro" promovido por los bancos. Ya sabéis: "¡gasten, gasten, que todo lo financiamos!".

En los años previos a la crisis, Islandia se convirtió en una de las economías más liberalizadas del mundo y con un protagonismo muy destacado de los bancos. Los banqueros (tras las privatizaciones) comenzaron su expansión dentro y fuera del país, ayudados por la falta de regulación y por unos tipos de interés en torno al 15% que atraían los ahorros de los dentistas austriacos, los jubilados alemanes y los comerciantes holandeses. 
No tardó en formarse una burbuja económica de enormes dimensiones: las operaciones de los bancos islandeses, incluida su expansión al extranjero, llegaron a suponer diez veces el PIB del país. La Bolsa multiplicó su valor por nueve entre 2003 y 2007. Los precios de los pisos se triplicaron. Ahora nos damos cuenta de la locura que esto supone, pero en aquel entonces se creó una riqueza que hacía que muchos mirasen para otro lado. A mí esto me suena...

Es muy interesante el análisis del periodista islandés Kristinn R. Ólafsson en una entrevista que podéis leer completa en este enlace. Yo voy a resaltar algunas declaraciones:
"Para entender lo que sucedió, es importante destacar la creación del Espacio Económico Europeo en 1994, formado por los países de la UE y tres países miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio más conocida por sus siglas en inglés EFTA, es decir Islandia, Noruega y Liechtenstein .
Este espacio permite a estos países no comunitarios acceder al Mercado Común de la UE. Esa es la puerta por la que entraron los bancos y empresas de Islandia en otros países europeos".
"Los bancos concedían en esa época gran cantidad préstamos hipotecarios, de hasta el 100% del valor del inmueble, por ejemplo a muchos  jóvenes islandeses, a la vez que la actividad de la construcción se aceleraba al calor de la burbuja financiera y económica Los bancos también financiaban toda clase de bienes de consumo, por ejemplo la compra de un coche o unas vacaciones en el extranjero, prometiendo el oro y el moro. Debido a que entonces los intereses en Islandia eran altos en comparación con otros países, había un importante flujo de dinero en moneda extranjera que entraba en el país". 
En fin, en Octubre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers y el colapso del sistema financiero mundial ante el descubrimiento de las hipotecas basura (y todos los productos basura asociados), Islandia despierta en medio de una pesadilla: sus tres principales bancos (que representaban prácticamente la totalidad del sistema financiero del país) caen en aproximadamente una semana.

El banco Landsbanki fue uno de los primeros afectados y en consecuencia también lo fue su cuenta de internet Icesave, muy popular entre ahorradores británicos y holandeses porque ofrecía muy altos intereses.
Islandia dejó caer al Landsbanki, pero las autoridades de Reino Unido y Holanda decidieron hacerse cargo de los depósitos de sus ciudadanos: 350.000 afectados (OJO, ¡¡más que toda la población de Islandia!!) y les pagaron la totalidad de lo perdido. Pero no de forma altruista. Inmediatamente, ambos países exigieron a Islandia el pago de lo abonado, unos 3.500 millones de euros.

En palabras de Ólafsson, de nuevo extraídas de la entrevista que os he enlazado más arriba:  
"Cuando Landsbanki estaba en caída libre decidió sacar el dinero de Gran Bretaña, proceso que se paró cuando el gobierno británico decidió  congelar todas las cuentas del banco. Para los islandeses fue un acto hostil de una nación aliada de la OTAN. De hecho, Gran Bretaña utilizó su ley antiterrorista para esta congelación. Con lo cual el banco quedó en la misma lista que al Qaeda. La explicación dada por el Reino  Unido fue que esta ley era el único instrumento que permitía parar de golpe la actividad del banco y congelar sus activos.
Lo que hicieron entonces las autoridades británicas y holandesas fue pagar a sus ciudadanos el dinero perdido a través de un fondo de garantía de depósitos. En cambio, el gobierno de Islandia sólo garantizó los depósitos y los negocios hechos dentro de su país y no se hizo responsable de las sucursales de sus entidades financieras en los otros países".
Finalmente el gobierno islandés decidió nacionalizar los tres principales bancos: el Landsbanki, el Kaupthing y el Glitnir, cuyos clientes eran principalmente extranjeros, como hemos comentado. Tras la intervención del Estado la moneda oficial (corona islandesa) se desplomó y la bolsa suspendió su actividad tras un hundimiento del 76%. Islandia entraba en bancarrota y para salvar la situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) inyectaba 2.100 millones de dólares y los países nórdicos ayudaban con otros 2.500 millones.

Para no extenderme demasiado, deciros que los islandeses han sido convocados a dos referédums y en ambos el resultado es similar: se niegan a asumir el pago de las deudas que exigen Reino Unido y Holanda. Se niegan a asumir los errores de sus bancos, aunque sí deberán pagar el "rescate" del FMI. Desde luego con unas condiciones asumibles para el país y su población.

Los ciudadanos han salido a las calles a exigir responsabilidades y lo han conseguido: a estas alturas ehan sido juzgados y encarcelados banqueros. Incluso han sentado en los tribunales a su ex-primer Ministro por su responsabilidad en la bancarrota del país.

La devaluación de la moneda, ha provocado un boom en las exportaciones del país: la pesca resurge como la gran esperanza de Islandia.

En palabras de la propia presidenta de la República islandesa, Johánna Sigurðardóttir (elegida en 2009):
"Mi Gobierno está afrontando estos retos con el apoyo de la mayoría de la población, aunque también con gran debate. En dos años hemos reflotado los bancos, bajado los tipos de interés, reconducido la inflación desde más del 18% al 4%, bajado el déficit público desde un 9% del PIB hasta casi un 3%; reestructurado y saneado la deuda de empresas y hogares. La protección de nuestro sistema de bienestar ha estado en el centro de nuestra actuación. Como sociedad, nos hemos esforzado en aprender de la crisis. Hemos vuelto a la senda del crecimiento económico y el desempleo está disminuyendo. Los agentes sociales, junto con el Gobierno, han firmado acuerdos que asegurarán estabilidad para los próximos tres años y beneficiarán sustancialmente a las personas asalariadas. En consecuencia, tenemos la seguridad de que hemos puesto las bases para una mejora real de la economía en los próximos años".
Me han gustado mucho sus declaraciones en esta entrevista. Y me ha resultado muy curiosa la visión que aporta ella sobre esta crisis, que según su opinión fue gestada por las decisiones de hombres jóvenes. Este toque feminista quizás me ha gustado. Porque pone en cuestión algo que va más allá de lo puramente económico. Estamos hartos de escuchar como los ejecutivos de Wall Street o de la City de Londres (por nombrar los centros financieros más importantes del mundo) eran movidos por la avaricia y por las ansias de dinero y poder, que malgastaban en cocaína y prostitutas, en cochazos y en fiestas descontroladas. Decisiones de hombres, derroches de hombres. Islandia no fue una excepción.

Hoy en día, las mujeres se han hecho con el poder en Islandia (leed este reportaje sobre las nuevas dirigentes del país) y asistimos al cambio.¿Casualidad ó cambio de mentalidad de quien elabora las estrategias a seguir?

No ha sido un camino de rosas, ni lo va a ser. El FMI acaba de publicar su última revisión sobre el estado de Islandia y las previsiones dicen que este año su economía crecerá un 2,4%, con un consumo privado tirando al 3% que compensa la caída de la inversión pública debida a la austeridad. Porque también han tenido que recortar gasto público, pero "a su manera", en palabras del FMI. Proteger el estado del bienestar se puso por encima de todo. Los islandeses pudieron decidir y sus opiniones fueron respetadas por sus políticos (no les dijeron eso de "se os ha acabado la fiesta" ni "vivíais por encima de vuestras posibilidades. Se ve que en Islandia saben donde reside la soberanía, y conocen el significado de la palabra humildad. No como aquí). Y parece que van por el buen camino. Tanto, que las agencias de calificación ya han elevado su nota, que ya no es calificada de bono basura. No es que yo me fíe de estas agencias, es que me parece curioso que viendo como actúan de interesadamente, hayan claudicado en este caso, demostrándo que lo que les importa es la pasta. Y ven pasta en Islandia.

Mientras, en Europa, la austeridad aplicada (que sí incide en el estado de bienestar como tristemente sabemos los españoles) ha frenado en seco el crecimiento. Ahora, el FMI pronostica una caída del 0,5% para el PIB de la zona euro. Alemania y Francia crecerán al 0,3% y 0,2% respectivamente, mientras que Italia se contraerá un 2,2% y España un 1,7%, según las estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional en enero.

Entonces la "milagrosa" recuperación de Islandia ¿es el triunfo de las decisiones de las mujeres cuando toman el mando, de la lucha de los ciudadanos cuando reivindican el poder ó de las políticas de "mínima austeridad" que respetan el estado de bienestar? Supongo que una mezcla de todo.

Lo que queda claro es que es un espejo en el que mirarse. Es evidente que en ciertos temas no podríamos actuar igual ya que ni la deuda ni la población son comparables, pero el caso de Islandia debería difundirse más. 
La revolución de sus ciudadanos fue silenciada durante mucho tiempo en los medios de comunicación españoles. 
¿Quiénes tienen miedo de que la gente se de cuenta de lo que pueden lograr defendiendo unidos lo suyo?
¿Quiénes no quieren que se sepa que países que no han recurrido a la austeridad, la que nos venden como la única opción, salen adelante mientras los austeros se hunden?

En fin, el caso de Islandia sienta un precedente. De cómo las políticas económicas basadas en tesis neoliberales pueden generar el boom económico de un país, generando una gran riqueza. Y también de como esa riqueza se genera con burbujas que ocasionan inmensas ganancias para quien están metidos en este juego financiero, pero incontables pérdidas y trágicas consecuencias para los ciudadanos ajenos a este mundo cuando los Gobiernos no imponen un límite moral. 

No todo vale con tal de acumular riqueza. Son los Gobiernos quienes deberían defender con uñas y dientes los intereses y derechos de sus ciudadanos frente a estos especuladores (como ha hecho Islandia) y no claudicar a sus deseos y amenazas, como está pasando en Europa.

Los europeos estamos a la deriva, y debemos tomar las riendas de nuestro futuro, debemos sacar el vikingo que llevamos dentro, emulándo a los islandeses.

Que cunda el ejemplo. Saludos.

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