domingo, 5 de mayo de 2013

De desprecios y otras cuestiones...

Anoche, durante una conversación, alguien que es de izquierdas, supuestamente sensible con los problemas de otros, que acude a manifestaciones contra el paro (pese a tener trabajo), contra los desahucios (pese a tener vivienda) y contra los recortes en general, sin ser uno de los más perjudicados, me hizo darme cuenta del enorme camino que nos queda por recorrer y de la lacra que suponen para la humanidad los prejuicios.

Que personas que no demuestran tener ni un ápice de apatía para con quienes se supone que son sus semejantes tampoco la tengan para quienes no son de su especie, sorprende menos. Pero que personas supuestamente empáticas con el sufrimiento de otras personas, tengan luego opiniones tan obtusas en otras cuestiones, me descoloca.

La conversación que os digo giraba en torno a las corridas de toros. Según parece, aún existe quien justifica las corridas de toros como algo que está bien porque el toro se come después. Es genial que pienses que para alimentarte de un ser vivo, es necesario torturarlo para tu diversión previamente. Es una justificación de lo más absurda a mi juicio. Que me digas que te comes al toro, pos vale. Que me digas que disfrutas viendo como lo torturan, porque te parece un espectáculo estupendo, pues al menos llamas a las cosas por su nombre. Pero es ese cinismo de no querer reconocer que disfrutas con la tortura de un ser vivo lo que me sorprende. Porque esa es la realidad: te gusta disfrutar de un espectáculo en el que un toro se mea de miedo, se le ve aturdido, brama asustado e intenta defenderse. Un cruel espectáculo en el que un ser vivo que quiere vivir es asesinado tras una lenta agonía. Y quien no lo quiere reconocer es porque es un cínico.
 Porque cuando pregunté: "¿te parecería bien ver a un grupo de personas clavándole cosas a un perro antes de matarle?", la respuesta fue "no". Entonces, ¿por qué te parece bien que lo hagan con un toro? Es que soy incapaz de entenderlo, lo único que puedo pensar es que es algo que está "aceptado" por muchos, y ya está, no hay que plantearselo como lo que es: como una tortura innecesaria y cruel. La gente que lleva desde pequeño llendo a los toros no quiere plantearse si les parece bien o no. Y ese es el problema principal: no quiere plantearse.

Cuando la gente se avergüenza de sus propios argumentos, porque al intentar razonarlos se da cuenta de su propia incongruencia, intenta argumentar de otra manera. Y normalmente la cosa va a peor. La verdad, es algo que todos tendemos a hacer, intentar justificar nuestra posición aunque estemos dudando de ella mientras la defendemos.

El colmo del absurdo llega cuando comparas el maltrato animal con el maltrato humano. Porque para mí, quien mata de una manera cruel, quien disfruta causando dolor y muerte a un ser inocente, es un asesino. Y ya puede haber matado a un toro, a un perro o a un humano. Pero si lo digo así de claro, consigo que la gente me mire como si hubiese dicho que apoyo el holocausto, como si fuese una barbaridad así.

Lo cierto es que hay muchos estudios que relacionan la crueldad en animales con la violencia contra los humanos, y muchos casos de psicópatas que antes de asesinar humanos practicaron con animales. El propio José Bretón, supuesto asesino de sus hijos, reconoció que quemaba perros y gatos en su finca habitualmente.

Pero volviendo al tema de la empatía, llega un punto en la conversación en que la persona, de una manera absolutamente radical te dice la frase mágica: "no me compares a las personas con los animales". 
Y yo digo ¿por qué no puedo compararnos? ¿qué es lo que nos hace incomparables? 

Según la persona con la que conversaba ayer, los animales no tienen inteligencia ni capacidad de amar. 

Osea que una persona que es bastante crítica, bastante leída, bastante empática y sensible a muchos temas, de repente te suelta con una burrada de tal magnitud y encima la rara eres tú.
Sinceramente no pienso ni molestarme en buscar enlaces para poner aquí que demuestren que los animales SÍ tienen inteligencia y capacidad de amor. Porque tan obtuso y absurdo es pensar lo contrario, tan irreal, tan incierto, que es que no tengo las ganas de demostrar que alguien se equivoca. Más que nada porque si eres capaz de decir tal burrada y quedarte tan tranquilo, poco puedo hacer yo para hacerte ver que la realidad del mundo te contradice ampliamente.

Lo que más me jode es esa sensaciónde que hay quien te mira por encima del hombro, como si fueses una niñata, por defender ciertas ideas, por flipar con ciertos comentarios o cuando corriges a alguien. Por ejemplo, al corregir a alguien que habla de "raza humana" diciendo que es "especie humana" (que es que no es lo mismo) y que te digan "llámalo como quieras". Oigan, que no es como quiera yo, es que es así por definición. Pero tienen que contestarte como despreciándote...
La misma sensación tuve hace tiempo cuando un señor un pelín homófobo decía que era lógico prohibir los conciertos en Chueca durante las fiestas del orgullo, porque se habían llegado a medir 200 dB otros años. Pues es que me dió la risa. 200 dB. Como si eso fuese posible (el llamado "umbral del dolor está en 140 dB, un sonido superior a 140 dB aunque sea muy breve causa daños en el tímpano), como si hubiese equipos que midiesen tales niveles. Y esos 60 dB de diferencia no son cualquier cosa, debe tenerse en cuenta que es una escala logarítmica, osea que no crece de manera lineal: ejemplo, un lavavajillas que emite un ruido de 50 dB no es algo más ruidoso, es 10 veces más ruidoso que uno que emita 40 dB y 100 veces más que uno de 30 dB. Una cosa es que algo no te guste, otra que tengas que emplear argumentos basados en mentiras para defender tu causa.

En  fin, volviendo a los animales. Doy muchas vueltas al tema del especismo, a cómo los humanos nos consideramos los dueños del mundo basándonos en una superioridad que nosotros mismos hemos impuesto al resto. Porque desde luego no somos más fuertes que otras especies, ni más rápidos.
Aparte de que haya quien considera que los animales no tienen inteligencia o capacidad de amar (está claro que quien piensa así no ha tenido un animal en su vida) y ahí ya no hay más que discutir, es cierto que está comúnmente aceptada la superioridad en cuanto a capacidad intelectual de los humanos con respecto a otras especies (esto lo digo con la boca pequeña, pues estamos rodeados de tanta estupidez que cada día lo dudo más).

Pero bueno, si lo que se utiliza para justificar la dominación de unos seres sobre otros es la inteligencia, entonces estamos aceptando que incluso dentro de nuestra misma especie, los más inteligentes tendrían el derecho o el deber de dominar a aquellos cuya capacidad intelectual sea inferior, ¿no? Entonces, siguiendo este paralelismo, si lo que te permite "dominar" a un animal, o utilizarlo como un recurso, es que tiene menor inteligencia, también puedes hacerlo con personas menos inteligentes.
Claro, decir esto es una burrada, ¿no? A mí me lo parece, y a quien se lo dices por lo normal también. Porque te dice, "no es lo mismo, porque aunque sean menos inteligentes, son personas". Osea, que en el fondo es una cuestión de la especie.

Se considera normal que el ser humano trate como un recurso a otras especies, a otros seres vivos, bien para trabajar con ellos, bien para divertirse a su costa llegando incluso a matarlos, bien para alimentarse de ellos, porque "son de otra especie".

Hace no tanto, los blancos podían hacer lo mismo con los negros, utilizando el mismo argumento, porque se consideraban inferiores. Y estaba asumido, legislado y bien visto.

Hoy en día, el racismo está asumido como problema y es algo que la gran mayoría critica y rechaza. En cambio el especismo, ya no es que esté asumido y bien visto, es que ni siquiera es considerado como una realidad para la mayoría de las personas.

Es como si no estuviese ahí, como si no fuese una realidad en nuestra sociedad, en nuestro día a día. Pero lo es, es algo que nos rodea y que podría considerarse un tabú. Porque la mayoría de la gente ni siquiera quiere pensar en ello, lo desecha con una sonrisa burlona (en plan, "esta es una loca de los gatos") o mira para otro lado porque no quiere pararse a pensar sobre estas cosas (como pasa a tanta gente con tantas cosas).

Muchas personas no quieren analizar si sus propios comportamientos son coherentes con aquello que realmente quieren ver en el mundo, en fin, es un proceso complicado, duro, largo. Sobre todo porque es duro darte cuenta de tus propias incoherencias, asumirlas o corregirlas. Es más fácil pensar que lo que haces está bien porque es lo que hace todo el mundo, lo normal, o lo que se lleva haciendo toda la vida (aunque esto sea mentira, claro).

Porque sí, toda la vida se ha comido animales o vestido sus pieles, pero es que por suerte evolucionamos y hoy en día no habría la necesidad de vestirse con pieles ni de comer animales, pues hemos conseguido la tecnología como para lograr productos sustitutos de los productos animales. Otra cosa es que no nos apetezca cambiarlo o no sepamos cómo hacerlo.
Vamos, la tarea no es fácil porque muchas cosas que nos rodean están relacionadas con el daño a otros animales, pero como todo: lo primero es querer cambiar y después ir corrigiendo tus errores.
Pero como siempre digo, haciéndome eco de Ghandi: se tú el cambio que quieres ver en el mundo. Saca de tu vida lo que no quieras tener en ella, cambia tus costumbres si decides que no te gustan. Sé coherente, sé crítico con lo que te rodea y más contigo mismo. Quizás sea este el único camino para lograr un mundo mejor.

Un saludo.


"NUESTRA TAREA DEBE SER AMPLIARNOS DE COMPASION PARA ABRAZAR A TODAS LAS CRIATURAS Y LA TOTALIDAD DE SU HERMOSURA" Einstein.



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